Desde el banquillo: Juan Carlos Unzué.

- Mítico ex-guardameta español que decidió experimentarse en los banquillos, siempre siguiendo la sombra de Luis Enrique Martínez, de quien fue asistente en varias ocasiones. Él es Juan Carlos Unzué, un hombre que entrenó en solitario a Celta, Racing de Santander, Numancia y Girona.

Hombre de aspecto bondadoso, social, de los que dan la cara, pero fiel a un estilo de juego que no prosperaría en el Celta, Unzué acabaría haciendo muchos enemigos en el vestuario, y eso lo captaría una afición tan cercana como la de Balaídos.
Llegó sonriente y se marchó de Vigo con una sonrisa que parecía esconder pena por no haber sacado adelante un proyecto que parecía más fácil de lo que era, más que nada por su pasado como segundo entrenador celeste. Ya no se le volverá a ver entrenando, pues padece esclerosis lateral amiotrófica. La vida no ha sido justa con él.

Luis Enrique junto a Juan Carlos Unzué.

- Todos conocimos su etapa como jugador. Unzué nació el 22 de abril de 1967 en Pamplona (España). Entre las décadas de los ochenta, noventa y parte del nuevo milenio, el pamplonica jugó como portero defendiendo los intereses del clubes como el Barcelona, Sevilla, Osasuna, Oviedo y Tenerife. En 2003 se retiraría, pero no se alejaría mucho del aroma de la hierba de los campos de juego, puesto que empezaría una nueva etapa como técnico.

Primero estuvo ejerciendo como entrenador de porteros en el Barça de Frank Rijkaard, así como también trabajó para Guardiola en su etapa como entrenador del equipo culé. Posteriormente tendría experiencias en solitario dirigiendo a equipos como el Numancia o el Racing de Santander.
Cuando Luis Enrique aceptó el reto de dirigir al Celta a partir de 2013, el asturiano quiso contar en el cuerpo técnico con un hombre de confianza. Ese no fue otro que Juan Carlos Unzué, quien ejercería de segundo entrenador en una campaña en la que el equipo vigués se salvaría holgadamente.

Juan Carlos Unzué Labiano se iría con Luis Enrique al F.C. Barcelona, club que tentaría al asturiano para que abandonase el R.C. Celta. Juntos técnicos saborearían las mieles de entrenar a un Barça muy competitivo, con el que empezaron bien para acabar pidiendo la hora. Lucho anuncia su adiós antes de concluir su campaña en el equipo del Camp Nou y Unzué se quedaría en el paro.

Unzué volvería al equipo vigués en mayo de 2017, venía de hacer una campaña histórica con Eduardo Berizzo como entrenador. El técnico navarro contaría con una buena plantilla, pero muchos no quedarían contentos con su forma de jugar y de gestionar un vestuario con tan buenas herramientas. 

Lejos de clasificarse para los puestos europeos, el equipo ofreció una penosa imagen a partir de abril, y la directiva ya tenía claro que Unzué no seguiría en Vigo. El equipo pudo de dedicarle a su afición una última victoria ante el Levante (4-2).

No hubo llantos, no hubo emoción. El rostro de Unzué reflejaba una sonrisa como siempre. Esa expresión fue incomprendida por la afición. Para el público de Balaídos, su estancia en Vigo fue toda una decepción.

Juan Carlos Unzué no consiguió convencer en su paso por clubes como el Celta o Girona.

- Tras esa decepcionante campaña, Juan Carlos cogió sus cosas, su cuerpo técnico y también se llevó a su hijo Aitor, quien había trabajado para él en el famoso andamio que usaba Luis Enrique. Éste corregía posiciones en los entrenamientos filmando con una cámara desde la estructura férrea.

Unzué trató de ofrecer una buena imagen en Vigo, pero se avecinaban difíciles años para el club olívico. Los siguientes técnicos no lo harían mucho mejor, a excepción de Eduardo Coudet, quien ha salvado un poco la situación de los últimos años.

Por su parte, Juan Carlos Unzué continuó con su breve carrera de entrenador, uniéndose al Girona en junio de 2019. Duraría en el equipo catalán hasta el mes de octubre de ese mismo año, pues sería despedido por la directiva. El Girona fue su último equipo gestionado.