- Javier Iruretagoyena Amiano nació en Irún (España), el 1 de abril de 1948. Sus primeros pasos futbolísticos los dio en el equipo de su ciudad natal, el Real Unión de Irún, donde jugó hasta 1967, año en el que ficha por el Atlético de Madrid. En el conjunto colchonero permaneció nueve temporadas y conquistó dos Ligas, una Copa de España y una Copa Intercontinental. Después fichó por el Athletic de Bilbao pero con el conjunto vasco no sumaría ningún título más a su palmarés personal, y en 1980 pondría fin a su carrera como jugador.
Después inició su carrera como entrenador, en la que entrenó a Sestao, Logroñés, Real Oviedo, Racing de Santander, R.C. Celta, Deportivo de La Coruña, Real Sociedad, Betis y Zaragoza. El equipo maño fue su último trabajo en la dirección técnica.
- Tras dirigir al Sestao hasta 1988, Irureta se unió al Club Deportivo Logroñés, que en la campaña 1988\89 militaba en Primera División. A partir de ahí permanecería siempre en el fútbol de élite como preparador, continuando con el Oviedo, Racing de Santander y Athletic de Bilbao.
A mediados de la temporada 1995\96 llega a la Real Sociedad para sustituir a Salva Iriarte en el banquillo, y allí permanecería hasta 1997, justo antes de firmar por el Real Club Celta de Vigo.
En el verano de 1997 se producen algunos fichajes como el de los de los hermanos Djorovic, los portugueses Cadete y Caires, el ruso Valery Karpin o el extremeño Ito. Todas esas incorporaciones más otros jugadores de bastante nivel que ya se hallaban en la plantilla, formaron un plantel sólido a las órdenes del técnico irundarra, que con aquellas piezas montó una máquina de hacer fútbol o como algunos también denominaban como "La máquina celeste".
El estreno del nuevo técnico celeste se produce el 31 de agosto de 1997, en el partido inaugural del campeonato ante el Real Zaragoza en Balaídos. Aquel día se ofreció un adelanto de lo que iba a ocurrir durante el resto de la campaña. El Celta ganarí al conjunto maño por 2-1, y aquel sería el comienzo del equipo revelación de la llamada "Liga de las Estrellas".
El Celta fue realizando gestas en cada jornada, ganándose el respeto de los rivales y de la prensa estatal. Irureta se había explotado al máximo la magia de las grandes figuras del equipo y eso acabó dando sus frutos.
El 15 de mayo de 1995, el conjunto vigués se jugaba mucho en la última jornada de liga. Los de Jabo Irureta reciben al Mérida en Balaídos. Saldrían victoriosos de la contienda, y el equipo volvería a disputar la Copa de la UEFA después de casi treinta años.
Pero tras ganarse a la afición celtiña, destrozó el corazón de la misma al no renovar por el club olívic , marchándose, para más inri, a La Coruña para entrenar a su eterno rival, el Deportivo. Fue un gesto que no sentó muy bien en Vigo.
Al mismo tiempo que el Celta comenzaba su época más gloriosa de su larga historia, Irureta iniciaba la suya como entrenador con el conjunto coruñés. Javier entrenó al Deportivo durante siete temporadas en las que consiguió alcanzar sus primeros títulos como preparador, y también para su equipo.
Con el conjunto herculino llegó a sumar una Liga, una Copa del Rey y dos Supercopas de España. Además, realizó grandes actuaciones con el equipo en competiciones europeas, tanto en Champions como en la Copa de la UEFA.
Con el Deportivo de La Coruña, "Jabo" Irureta alcanzó los mayores éxitos de su carrera. |
- En 2006, llegó a Sevilla con una gran reputación para entrenar al Real Betis Balompié, donde sólo permanecería durante una campaña antes de irse al Real Zaragoza, donde llegaría para tratar de eludir el descenso a Segunda División.
El conjunto maño contó con cuatro entrenadores en aquella campaña 2007\08: Víctor Fernández, Ander Garitano, Javier Irureta y Manuel José Villanova. El último sustituyó a Irureta, que no duraría más de seis jornadas en la entidad zaragozana.
El 9 de julio de 2009 aceptó el cargo de director deportivo del Athletic Club de Bilbao. Dirigió a la Selección de Euskadi en 1993, y en 2011 fue co-seleccionador de la misma junto a Miguel Etxarri, en sustitución de José Ángel Iribar.
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