martes, 15 de febrero de 2022

Desde el banquillo: Iñaki Eizaguirre.


- Hijo de otro mítico portero como Agustín Eizaguirre, Iñaki fue uno de los mejores arqueroos de la posguerra que además desarrolló una reconocida labor como entrenador en equipos como Club Atlético Osasuna, Córdoba, Granada, Sevilla y Celta de Vigo entre otros.

Él es Ignacio Eizaguirre Arregui, nacido el 7 de noviembre de 1920 en San Sebastián (Gipuzkoa). Los primeros equipos para los que jugó fueron a nivel infantil y juvenil. El meta donostiarra empezaría en el Arenas de La Concha, de donde pasaría al Cuento de Rentería y posteriormente Lagun Artea.  
Más tarde a defender las porterías de grandes equipos como el ya mencionado Valencia C.F., Real Sociedad y Club Atlético Osasuna. Al igual que su padre, Iñaki Eizaguirre gozaría de una gran reputación como deportista.

- A todo esto debemos añadirle su aportación a la selección española, para la que jugó en dieciocho ocasiones y acudió a la Copa del Mundo de Brasil 1950, en la que los españoles lograron alcanzar las semifinales con Eizaguirre como defensor del marco nacional y Zarra, Agustín Gaínza, Basora e Igoa en la línea de ataque. Ignacio haría que otra leyenda de la portería como Juan Acuña chupase banquillo.
Finalizó su carrera como jugador en 1960, jugando sus últimos partidos oficiales con el Osasuna antes de iniciar su nueva carrera como entrenador.
Para la campaña 1962\63, el Celta le había propuesto a Aretio continuar al frente del cuadro celeste como entrenador, pero éste rechazó la idea de seguir entrenando y continuó vinculado al club como ojeador. El nuevo presidente céltico, Carlos Barreras Barret, no tardó mucho en cubrir el puesto, con la contratación del afamado ex-guardameta internacional Iñaki Eizaguirre, quien se haría cargo de un equipo con intenciones de regresar a Primera.

Aquel sería el primer capítulo de Eizaguirre como entrenador celtiña, en un año que no daría mucho que hablar en cuanto al ascenso pero en el que el vasco hizo debutar a firmes promesas del fútbol gallego como Zunzunegui, Costoya y Ávila.

Para la campaña 1963\64, el Celta decide traer como entrenador a Joseíto, y Eizaguirre continúa con su carrera en otros clubes hasta su regreso a tierras gallegas en 1967, que se encontraría un equipo más competente para buscar el ansiado ascenso a Primera División.
En esa temporada 1967\68 también hace debutar a otras dos perlas como Luis Villar y Canario, pero nuevamente el Celta se quedaría a las puertas del ascenso, ocupando el tercer lugar en la tabla clasificatoria y los célticos Abel y Rivera se coronaron como máximos realizadores de la categoría.

Como reza el popular dicho, "a la tercera va la vencida", y el Celta habría de intentar lo que ya sería su décimo asalto a la plaza que les llevase a Primera. El club comenzó a reforzarse con jugadores que satisfacían los anhelos de Eizaguirre y, de esta manera, el técnico donostiarra veía así cumplidos sus proyectos antes de marcharse de vacaciones.

Con el regreso de las vacaciones, y una preparación ideal para afrontar la campaña 1968\69, Iñaki Eizaguirre se mostró muy esperanzado con los efectivos y la ilusión rebosaba en un ambiente de máxima fe en la planificación.
Y no erró Eizaguirre en sus pronósticos, pues el equipo consiguió el tan anhelado ascenso al término de la temporada 68\69, un año en el que los vigueses ofrecieron un fútbol espectacular que quedó reflejado en la clasificación final: segundos, detrás del Sevilla C.F.

Iñaki Eizaguirre observando a los jugadores del Hércules durante un entrenamiento.


- Devolvió al Celta a la máxima categoría después de toda una década de sufrimientos. Pero Eizaguirre no continuaría al frente del conjunto vigués en su regreso a Primera. El vasco comunicaría al presidente su deseo de no continuar en el Celta con la intención de marcharse al Córdoba, club que le había ofrecido un suculento contrato de 800.000 pesetas de ficha, 250.000 si lograba el ascenso y 25.000 pesetas de salario mensual, además de las primas dobles.

Iñaki Eizaguirre continuaría con su dilatada carrera en los banquillos entrenando al Burgos, Hércules, Tenerife, Deportivo Alavés y regresa de nuevo al Córdoba en 1975, donde permanecería hasta la campaña 1976\77. 

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