viernes, 11 de febrero de 2022

Desde el banquillo: Roque Olsen.


- Roque Germán Olsen Fontana acumuló una gran experiencia en la Liga Española, llegando a entrenar a equipos de la talla del Real Zaragoza, F.C. Barcelona, Sevilla, Elche o Celta de Vigo, entre otros. En algunos equipos ha resultado ser una persona entrañable y se ha marchado con la vitola de ser un profesional del fútbol, algo que difícilmente pudo demostrar en Vigo, pues el Celta iniciaba su primer año en la división de oro tras una decena de temporadas sumido en la Segunda División española. La cosa no acabó bien.

Olsen nació en la provincia de Entre Ríos (Argentina) el 9 de septiembre de 1925, y su carrera se fundamentó como entrenador y jugador en la Liga Española, la cual comenzó jugando en equipos argentinos como Club Atlético Tigre o el Racing de Avellaneda.

- Cruzó el charco y fichó por el Real Madrid, donde militó durante siete campañas y formaría en la línea de ataque con su compatriota Alfredo Di Stéfano, aparte de jugar junto a otras estrellas de un equipo que conquistó tres Ligas, dos Copas de Europa y dos Copas Latinas como jugador blanco.
Después jugaría en el Córdoba C.F. Allí colgaría las botas y comenzaría en 1959 su carrera como entrenador de Segunda División, llegando a conseguir el ascenso con el club verdiblanco a Primera en la campaña 1961\62.
Tras sus cuatro años entrenando al Córdoba , Roque entrenaría al Real Zaragoza y F.C. Barcelona antes de llegar a Vigo en el verano de 1969 .
Tras diez agónicos años en Segunda, llegaba el momento de disfrutar del fútbol de élite, pero el técnico vasco Ignacio Eizaguirre decidió no seguir al frente de la escuadra viguesa al contar con una suculenta oferta del Córdoba C.F., por lo que la directiva céltica trabajó rápidamente para conseguir un entrenador de categoría que asegurara la permanencia. Ese hombre no fue otro que el argentino Roque Olsen, quien contaba con buenas referencias de su pasado en otros equipos. La directiva pretendía que el argentino viera las necesidades de la plantilla antes de concluir la temporada 68\69 al objeto de buscar los refuerzos necesarios.

Olsen firmaría un contrato por un año y con unos emolumentos de 1.250.000 pesetas por todos los conceptos, y el flamante entrenador celtiña ya pronunció sus primeras palabras nada más aterrizar en la ciudad olívica:  "Tengo fama de duro, pero lo que pasa es que soy muy disciplinado".
El Celta reforzaría para afrontar su primer reto en la máxima categoría y sumaría veintiséis jugadores en nómina, de los cuales, tres nunca fueron alineados. Se realizó la pretemporada, y ya el 14 de septiembre de 1969 se viajó a tierras donostiarras para afrontar el primer partido de la Liga. 

El conjunto vigués cosechó la primera derrota por 2-1, pero dio buenas sensaciones de cara al resto de la temporada, algo que iría cambiando con el paso del calendario, pues el Celta no sería capaz de ganar hasta la sexta jornada, en un partido celebrado en Balaídos frente a la U.D. Las Palmas y con un resultado ajustado de 1-0.

Aún peor irían las cosas en la segunda vuelta de la Liga, pues el equipo comenzó a acusar una crisis después de un partido amistoso. El amigable fue contra el Sporting de Gijón en el estadio de Balaídos, saliendo el Celta derrotado por 0-3, lo que indignó a la afición celtiña. 
Era un partido en beneficio del fútbol modesto que derivó en una sonora pitada hacia el palco y al entrenador Roque Olsen, quien ese mismo día por la noche se reuniría con el presidente para comunicar su dimisión. 

Olsen continuó como entrenador pese a que ya estaba muy deteriorado por su enfermedad.


- Después ficharía por el Deportivo para afrontar la campaña 1970\71, con quien lograría ascender de nuevo a Primera. Seguidamente entrenó a varios equipos de La Liga: Elche, Sevilla y Las Palmas fueron sus últimos equipos, pues un terrible cáncer de huesos no le permitiría hacer mucho más.
Luchador, valiente y comprometido, Olsen continuó al frente del banquillo amarillo hasta que no pudo más. Después de dirigir a los canarios en un partido jugado en Barranco Seco, deteriorado y desde un sillón con muletas, Olsen no pudo viajar a Santiago con el resto de la expedición y tuvo que marcharse a su residencia de Sevilla.

A medida que la U.D. Las Palmas se despeñaba, la vida del técnico argentino se fue apagando. El 14 de junio de 1992, Olsen nos decía adiós desde su domicilio mientras veía un Francia-Inglaterra de la Eurocopa de Suecia 92.

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